miércoles, 3 de mayo de 2017

MALAS MADRES, Rosa Montero


MALAS MADRES
El mito de la maternidad perfecta es uno de los mayores tabúes que aún siguen en pie. Es hora de sacar de la clandestinidad emociones y matices.

DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 2016

     HACE POCO estuve en un maravilloso encuentro de clubes de lectura en Pamplona. Acudieron 460 personas y participé en una fascinante mesa redonda con cuatro mujeres científicas de primera categoría, investigadoras en diversos campos: Paloma Virseda y Begoña Hernández en tecnología y color de los alimentos, Sandra Hervás y Marta Alonso en dos tratamientos oncológicos pioneros. Las cuatro tiene hijos y todas ellas hablaron de la dificultad de compaginar el hecho de ser madres con un alto nivel profesional, y de cómo sentían que de algún modo fallaban tanto en su trabajo como ante sus niños. Pero fue Sandra Hervás, doctora en Biología e investigadora de la inmunoterapia del cáncer en el CIMA de la Universidad de Navarra, quien hizo la intervención más valiente y luminosa en este tema. Contó las dificultades añadidas que afrontó cuando fue a hacer una estancia posdoctoral en el Instituto Pasteur de París y tuvo que llevar con ella a su hijo pequeño. Y, con un sentido del humor sabio y liberador, dijo cosas como: “El primer día que dejé a mi hijo en la guardería me marché llorando, pero de alegría. Y eso te produce un sentimiento de culpabilidad tremendo”.

     Continúa en EL PAÍS.

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